domingo, 31 de enero de 2016

Disecciones

Me veo obligada a abrir una nueva etiqueta: Disecciones

En una semana empiezo como Monitora de Disección. Es raro, divertido, curioso y asqueroso a la vez, así que estoy un poco nerviosa!

Mi estuche de disección lo compré en Axón por 17, 42 € (Te hacen 20% de descuento por ser estudiante)





Tiene cinco piezas: 
Bisturí con hoja 
Tijeras de corte
Sonda Acanalada
Pinzas






De momento, la mayoría de los apuntes provienen de Books Médicos (creo c:)
¡Ya os contaré! Buena semana

viernes, 22 de enero de 2016

La ciencia es divertida

Cuando era pequeña me gustaba mucho destripar flores para poder enseñar cada una de sus partes a mi hermano pequeño que apenas sabía hablar. Me acuerdo que además me ayudaba con esquemas que hacía en una pizarra de tiza.

Después crecí un poco más y me aficioné a las reglas mnemotécnicas. No sabéis la ilusión que me hizo saber que eso que yo usaba tenía un nombre. Estudié en un colegio inglés, y de la primera que me acuerdo es la que usaba para escribir bien because (porque) :

Big
Elephants
Can
Always
Undestand
Small
Elephants

(Los elefantes grandes siempre entienden a los pequeños)

Y he de decir que todas estas técnicas me acompañan hasta día de hoy. Fue hace nada que me estudiaba los exámenes de diciembre en una pizarra, por no decir mi última regla mnenotécnica favorita: las proteínas de unión a la actina Cap Z y Gelsolina se unen al extremo +, que es la cabeza, porque en la cabeza usas gel y te pones gorras (cap en español). Puede que si, que también me aburra mucho.

Peeeeeeeeeeeeeeeeeeero, seguí creciendo y me di cuenta de que había una cosa llamada divulgación científica que mezclaba todos estas extrañas aficiones mías con nada más y nada menos que la ciencia. Así que me presenté a un concurso. Y gané. Y aquí os lo dejo.

LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR PREMIA A UNA ALUMNA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD DE LA URJC

Peeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeero, seguí creciendo (lo que me ha dado tiempo desde diciembre) y me di cuenta de podía añadir otra afición más. Podía meter la educación y el empoderamiento de la infancia. Así que estoy manos a la obra con un nuevo proyecto que mezcla todo lo anterior mencionado: dibujos, esquemas, mnemotécnicas, ciencia e infancia.

Y todo esto por qué os lo cuento. Imaginaos que tenemos una docena de huevos, y que los ponemos todos en una cesta que pone "Medicina". En el resto de cestas no tenemos más. ¿Qué pasa si se nos cae????????????'

Os lo cuento porque creo que la vida es para los valientes, y de verdad creo que la vida puede ser muy aburrida si no nos ponemos nuevos retos y no aprendemos nuevas habilidades por el camino. Estudiar Medicina puede absorber mucho de nuestro tiempo (y no me malinterpretes, me parto la espalda intentando entender todo lo que pueda para que mis pacientes tengan la mejor asistencia posible) pero por qué no intentar dedicar otro poco a aprender cosas que nos gustan, a hacer cosas que nos apetecen y sobretodo a estar bien. Creo que los pacientes no sólo necesitan a un médico bien formado.
                                                                                               


Y por último, halagar esta tienda en Etsy. De verdad, me pueden sus ilustraciones.






¡Buen fin de semana!



Cuando creces ya no hay "crucis"

Este cuatrimestre empezamos con Epidemiología, Introducción a la Medicina y Genética. Estas primeras clases y unos artículos que leí recientemente me han inspirado para escribir esta entrada.

Cuando somos pequeños todo nos parece que es verdad o mentira, sin escala de grises. Parte de esta inocencia nos persigue incluso hasta el momento en el que nos matriculamos en Medicina, cuando aún nos gustaría pensar que las personas que estudian Medicina quieren salvar vidas, los que estudian Farmacia curar enfermedades, los que estudian Psicología ayudar a las personas a conocerse... Pero después de un tiempo te das cuenta de que todo parece ser verdad y mentira a la vez, o ni verdad ni mentira. Te das cuenta de todos los conflictos de intereses que algunos investigadores llevan a cuesta porque sus investigaciones están financiadas por fondos privados que tienen sus propios intereses y que quizás no te dejen publicarlo si demuestras algo que hundiría a la empresa. Te das cuenta de que aunque hagas todo lo que tienes que hacer antes de prescribir un medicamento a uno de tus pacientes (investigar, contrastar, pedir opiniones, y más investigar) puede que no te llegue toda la información disponible.

Estoy leyendo este libro escrito Ben Goldacre, un médico especializado en epidemiología y la verdad es que es muy interesante. Es un libro centrado en la investigación y en sus fallos grandes. También tiene un #TedTalk:

Ben Goldacre - Battling Bad Science

La conclusión es que creo que es bueno tener todo esto en mente, porque como dice mi profesor de Introducción a la Medicina: nos van a intentar engañar durante toda nuestra vida.

¡Pero qué duro es aceptar que hay gente que interpone el dinero a la salud!

A veces me gustaría pensar que en esta competición por éxito y dinero valiese el "crucis" que decíamos de pequeños cuando queríamos parar un juego porque alguien se había hecho daño.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Querida yo hace un año: ¡Feliz año nuevo!

Querida yo hace un año: estás a punto de vivir un año muy especial, y te aseguro que no tienes ni idea de lo que te espera. 

Has llegado a segundo de bachillerato. ¡Enhorabuena!!!!! Vas a empezar fuerte, sin muchos obstáculos, aunque ya te digo que no siempre será así. Te van a rechazar, y no en una universidad, sino en cinco. Sin embargo, que eso no te pare a la hora de intentar escribir la mejor carta de motivación del mundo, porque eso, aunque aún no lo sepas, va a hacer que te des cuenta de todo lo bueno que tienes que ofrecer y, sobretodo, las ganas que tienes de ser médico.

No te voy a engañar: vas a llorar mucho, y habrá momentos en los que pienses que se te va a escapar la plaza por unas décimas. Pero deja de pensar en alternativas y empieza a creer un poco más en ti, porque no, no quieres estudiar bioquímica, ni farmacia, ni biología, ni psicología, ni química, ni fisioterapia. ¡Quieres y vas a ser médico!

Parecía que no había luz al final del túnel pero estás apunto de graduarte.  Vas a querer que ese día no acabe nunca, y no te adelanto más.

La noche anterior a que salgan las notas descansa y pasa tiempo con todas las personas que han tenido paciencia y que te han apoyado en todo momento. Deja de preocuparte porque los resultados te van a gustar y van a ser el reflejo de todo ese tiempo y dedicación invertido. Te prometo que el 17 de julio, cuando recibas la bienvenida de tu universidad, todo habrá merecido la pena. No te acordarás de que te han rechazado, ni siquiera de que no has entrado en tu primera opción, y ya te lo digo: como me alegro de que te vayan a coger en esta universidad.

¡Así que deja de preocuparte! Vas por buen camino, y que nadie te haga sentir nunca lo contrario. Tampoco te preocupes demasiado por cambiar sin asustar a la gente. Te vas a dar cuenta de todo lo que tienes que trabajar para convertirte en mejor persona y profesional, y al final, los que se tienen que quedar se quedan. 

Ya sólo puedo decirte que te prepares. ¡Ah! Y que no se te olvide que no todo en la vida es estudiar. Atrévete a irte de campamento y de Erasmus. No te vas a arrepentir.

¡FELIZ AÑO NUEVO!

sábado, 19 de diciembre de 2015

Lo difícil

Me encanta la cara que ponen las personas cuando les digo lo que estudio. De verdad. Su reacción siempre es graciosa, y va seguida de "y la barbaridad que tienes que estudiar" "qué coco debes tener" "qué fuerza de voluntad para estudiar tanto"

A esto sólo puedo contestar que me faltan dos exámenes para terminar el primer cuatrimestre, y no he suspendido ninguno (aunque, sí, dadme más cuatrimestres y hablamos). Es más, menos uno, no bajo del notable con algún ocho, nueve e incluso diez. Con una seguridad del 95% (perdonadme, he tenido dos semanas de bioestadística all day all night) y aunque esté en primero y claramente sea todo más fácil, me atrevo a decir que aprobar y titularse no es extremadamente difícil.

Lo que es difícil es llevar el temario al día, y que te de la sensación de que sabes colocar todas las piezas del puzzle en tu cabeza y si es necesario dibujarlas de memoria. Lo que es difícil es no dejarse llevar por la idea de estudiar para hacer exámenes (y no para aprender), y por tanto memorizar, y memorizar, y memorizar... y empezar a faltar a clases, prácticas (si no pasan lista)... Lo difícil es que no se te olvide lo que aprendes (a mí hay temas que me siguen sorprendiendo aunque sea la quinta vez que me lo leo. Soy como un niño que ve una película una y otra vez y piensa que va a cambiar el final). Lo que es difícil es elegir: ¿Merece la pena quedarme dos horas más estudiando en vez de durmiendo? ¿Merece la pena no salir hoy para estudiar un poco más? ¿Merece la pena perderme la clase de hoy por repasar el examen de mañana? Lo que es difícil es darte cuenta de lo solo que estás ante las consecuencias de tus decisiones.



Estoy apuntada a una actividad llamada Anatomía y Medicina en la Alemania Nazi y hace unos meses tuvimos una sesión que me sigue dando mala espina. Nos ponían casos (no recuerdo si reales) de personal sanitario que "ejercía" durante ese periodo oscuro de nuestra historia, y teníamos que debatir sobre qué haríamos nosotros en su lugar. Había veces que nos quedábamos en silencio completamente, y no creo que por lo típico de que te da vergüenza/pereza hablar. Era tan duro y tan difícil ponerse en su lugar que se me ponían los pelos de punta. Creo que es la primera y única vez que me he planteado la grandiosa pregunta: ¿De verdad quiero/puedo ser Médico?

Así que, querida yo a los 17, queridos futuros estudiantes y personas que ponen cara de susto cuando les digo que estoy estudiando Medicina, la cantidad de temario no es lo que me quita el sueño por las noches.

Dicho esto...

¡Mucho ánimo con los exámenes! ¡FUERZA!

(y que no se os olvide votar el domingo jeje)

viernes, 11 de diciembre de 2015

Me gusta el humor médico

¡Hoy ha sido el último día de clase! Por este 2015, ya es suficiente.

Lo que me ha sorprendido de este primer contacto con la universidad ha sido mi cuerpo. Tengo la sensación de que este cuatrimestre he sufrido menos estrés que durante "selectividad" pero aún así, me ha dolido la cabeza, el estómago y el alma más de lo normal. Creo que aún no me he acostumbrado a que haya exámenes eliminatorios, donde no te dejan presentarte a los siguientes hasta la convocatoria extraordinaria si suspendes, o a que los fallos resten mucho. Pero estoy en ello.

Lo que me ayuda a llevarlo mejor es el humor médico. Las cuentas de twitter como @PostureoMedico hace que me ría y que encuentre la motivación para estudiar. ¡Y qué haría sin las reglas mnemotécnicas! Me dan la vida (además me gustan de las rebuscadas :D) 

También me han sorprendido muchos profesores. Como tengo asignaturas cuatrimestrales, se han despedido algunos, y entre tú y yo se me ha hecho un nudo en la garganta. Espero no perder nunca todo lo que me enseñan (y no me refiero precisamente a la teoría) 

Ahora a esforzarse lo máximo posible para los 4 exámenes que quedan y a disfrutar de las merecidas vacaciones.

¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!

lunes, 7 de diciembre de 2015

No perder la perspectiva

Cuando conseguí una plaza en la universidad me prometí a mí misma que iba para aprovechar el máximo posible mi tiempo ahí, y en parte he fallado. Hace dos semanas, lo único en lo que podía pensar era en que me faltaban temas por aprenderme y menos de un día para ello. Lo demás era intentar no dormirme en las prácticas (por falta de sueño) y sacar horas de clase para seguir estudiando.

Y es lo último que me gustaría repetir.

Después de una semana así, me puse a reflexionar, y me acordé de una frase que leí hace no mucho:



Para mí, ir a todas las clases, prácticas, seminarios, entregar todos los trabajos a tiempo y corregidos varias veces, saber palabra por palabra todo lo que va a entrar en el examen y aún así dormir 6 horas diarias y comer cuando toca me parece, hoy en día, muy muy difícil. (Y no será porque he hecho un intento suicida de ello :D)

Sin duda entro en éxtasis cuando saco un nueve, pero luego llega el viernes y mi cuerpo no me deja levantarme de la cama. ¿Es un precio que merece la pena pagar?

Yo creo que hasta cierto punto, no.

Así que, una vez recuperada la perspectiva, voy a seguir esforzándome al máximo porque esto no es una excusa para trabajar menos, pero esta vez intentaré no olvidar que hay que disfrutar del camino y que también hay que reservar fuerzas para la línea de meta.

¡Es una carrera de fondo y no puedo quedarme si energía cuando vaya por la mitad!